La contratación por competencias transforma las oportunidades laborales para la juventud

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Las personas jóvenes de todo el mundo enfrentan numerosos desafíos al ingresar al mercado laboral: industrias que cambian rápidamente impulsadas por la IA, la necesidad de habilidades digitales, la transición energética y el nearshoring, sistemas educativos y de formación deficientes, las secuelas de una pandemia global, conflictos geopolíticos e inequidad de género, por nombrar algunos. 

Pero hay buenas noticias. El mercado laboral tiene el potencial de ser más inclusivo al cambiar su enfoque de los títulos universitarios tradicionales a las habilidades y capacidades de los jóvenes. Aquí es donde entra en juego la contratación basada en habilidades, un cambio radical en el mundo de la adquisición de talento. 

El auge de la contratación basada en habilidades 

El título universitario a menudo se considera como el boleto de oro para obtener un trabajo bien remunerado. Sin embargo, obtenerlo es un proceso excluyente. Los grupos vulnerables enfrentan barreras financieras, incluidos los elevados costos de matrícula y de vida, así como el costo de oportunidad de continuar su educación en lugar de ganar ingresos. 

Los recursos educativos suelen estar concentrados en zonas urbanas, lo que pone en desventaja a los estudiantes rurales. La disparidad educativa no es un mito: a nivel mundial, más de 250 millones de niñas, niños y adolescentes no asisten a la escuela. 

Si bien reducir las barreras para una educación universitaria debe seguir siendo una prioridad, los empleadores también pueden promover la inclusión a través de la contratación basada en habilidades, priorizando el conjunto de habilidades y el conocimiento especializado del candidato como los determinantes más importantes del éxito. Según el Foro Económico Mundial, en promedio, los canales de talento pueden aumentar en casi diez veces al usar un enfoque basado en habilidades. 

El enfoque basado en competencias está en aumento. En 2023, según un estudio de TestGorilla, la firma holandesa de evaluación de talento, el 73% de los empleadores en todo el mundo utilizaron la contratación basada en habilidades, en comparación con el 56% del año anterior. 

Las empresas también están observando que un título universitario no siempre se traduce en un excelente desempeño laboral. McKinsey & Company informó recientemente que la contratación basada en habilidades es cinco veces más predictiva del rendimiento laboral que la contratación basada en la educación, y más del doble en comparación con la experiencia laboral. Las prácticas basadas en habilidades ayudan a las organizaciones a encontrar a las y los candidatos más idóneos y a retenerlos en un momento en que los desafíos económicos se han intensificado debido a factores como la pandemia de COVID-19. 

 

Otros beneficios de la contratación basada en habilidades 

Fomenta una fuerza laboral más inclusiva: El principal beneficio de la contratación basada en habilidades es que abre oportunidades para personas que podrían enfrentar barreras en la educación superior, como mujeres, personas de comunidades racializadas y personas con discapacidades. Al centrarse en las habilidades en lugar de los títulos, las empresas acceden a un grupo más amplio y diverso de postulaciones. 

Puede mejorar la eficiencia organizacional: Datos de LinkedIn muestran que las y los empleados sin un título de cuatro años permanecen en las empresas un 34% más de tiempo. Esto puede ayudar a las organizaciones a encontrar profesionales que se adapten mejor a largo plazo a sus necesidades, lo que a su vez reduce la rotación de personal. 

Programa Capital Juvenil: un estudio de caso exitoso de IYF 

El Programa Capital Juvenil de IYF es un ejemplo destacado de cómo la contratación basada en habilidades puede abrir puertas a más personas jóvenes. En colaboración con Bécalos y la Asociación de Bancos de México (ABM), IYF desafió la norma de que quienes se desempeñan cajeros de banco en México deben tener un título universitario para desempeñar estas funciones. 

Tradicionalmente, los bancos mexicanos exigían un título universitario para ocupar estos puestos, lo cual limitaba las oportunidades para las y los jóvenes con las habilidades necesarias pero sin un título formal. Esta realidad contrastaba con la práctica de otros países, donde quienes se gradúan de preparatoria eran considerados aptos para estos roles. En México, diversos factores estructurales, como las desigualdades de género, económicas y geográficas, dificultan el acceso a la educación superior para muchas personas jóvenes. 

Como resultado, solo el 21% de la población de entre 25 y 64 años cuenta con estudios universitarios. 

A pesar de estos desafíos, IYF, junto con Bécalos y ABM, se propuso transformar esta realidad. Bécalos, socio clave de IYF de tiempo atrás, impulsó a la junta directiva de la ABM a implementar un programa piloto de contratación basada en habilidades. Gracias al apoyo financiero de Bécalos y a la visión compartida de las tres organizaciones, se implementaron cambios significativos en la industria bancaria: se desarrollaron materiales y herramientas de capacitación, se promovió la diversidad en los procesos de selección y se reconoció el valor de las habilidades de las personas jóvenes, independientemente de su nivel educativo. 

Estos cambios fueron posibles gracias al compromiso de los departamentos de recursos humanos de los principales bancos mexicanos, que se mostraron dispuestos a replantear sus prácticas de contratación. IYF, ABM y Bécalos demostraron con éxito el valor de estos esfuerzos a través de una economía de escala. 

El éxito de este programa se dio a todos los niveles. Como ejemplo, José Antonio Lance, reclutador de Banorte, comentó: "Nos llevamos una grata sorpresa. En nuestro caso, entrevistamos a una gran cantidad de personas jóvenes, y realmente nos impresionaron sus perfiles. Nuestro personal en las sucursales quedó encantado con sus perfiles, hasta el punto de que prácticamente querían contratarlos a todos". 

Rosaura Aguirre Estévez, egresada del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), destacó el impacto de este programa en su vida: "Nunca había estado en una entrevista de trabajo. Sin embargo, creo que realmente ayudó que los reclutadores sabían que estaban trabajando con jóvenes... Después de pasar por mi primera entrevista, no me sentí nerviosa, y de hecho, mi primera entrevista fue con el Banco HSBC. Y ahí me contrataron”. 

El enfoque único de IYF 

Desarrollo curricular: En tres estados de México, IYF colaboró con importantes bancos para crear planes de estudio específicos de la industria, capacitar a instructores y lanzar un programa piloto de contratación basada en habilidades. IYF introdujo este currículo en más de 20 campus de Educación Técnica y Vocacional en cinco estados de México y elevó su capacidad a través de la capacitación de docentes. 

Identificación de desafíos: IYF identificó los obstáculos en las políticas de recursos humanos que impedían que jóvenes talentosos ingresaran al sector bancario, rastreó estos problemas hasta las políticas de recursos humanos y compartió estos hallazgos con los ejecutivos de los bancos. 

Reducción de la brecha en el mercado laboral: El Programa Capital Juvenil incluyó capacitación en el mercado laboral y participación directa con las instituciones bancarias. Preparó a las y los estudiantes para el éxito, con experiencia del mundo real. El programa ya ha capacitado a 2,200 jóvenes para cubrir algunas de las 45,000 posiciones de nivel inicial que demanda la industria cada año. 

Mirando al futuro 

IYF planea utilizar el enfoque de contratación basada en habilidades del Programa Capital Juvenil como trampolín para diseñar futuros programas que eliminen barreras y creen más oportunidades para que la juventud prosperen en función de sus habilidades únicas. 

Para hablar de este tema en mayor profundidad, por favor contacte a Kaitlyn Anderson, Coordinadora de Alianzas Corporativas y con Fundaciones, en [email protected].